Los bombos del Forum Grimaldo de Mónaco fueron muy generosos con el Real Madrid, que tendrá un camino bastante despejado de cara a entrar en los octavos de final de la Liga de Campeones o, lo que es lo mismo, en la fase decisiva. Quienes consideran que la fase de grupos de la Champions resulta a grandes rasgos un tostón por la abismal diferencia que existe entre los equipos de las principales Ligas y el resto, tienen más argumentos para abonar su tesis con el desenlace del sorteo de ayer por lo que concierne a varios grupos.
Nadie se atrevería a contradecir que el Real Madrid es el gran favorito para pasar como primero de grupo a los octavos de final. Olympique de Lyon, Ajax y Dinamo de Zagreb se encuentran a años luz del potencial del que dispone José Mourinho que, eso sí, no podrá estar en el banquillo en los primeros tres partidos debido a la sanción que arrastra desde la pasada temporada, cuando perdió los papeles tras caer eliminado ante el Barça en las semifinales de la Liga de Campeones.
El Real Madrid se medirá a viejos conocidos. A dos de ellos ya se enfrentó la pasada temporada pues quedó emparejado en la fase de grupos con el Ajax y posteriormente se midió en octavos al Olympique de Lyon. El equipo francés es ya un clásico de la Champions, para la que se ha clasificado sin interrrupción desde el año 2000, pero la competición siempre se le ha atragantado al conjunto francés, incluso cuando tenía mayor potencial que en la actualidad.
El Ajax posee mucho más nombre, historia y pasado que presente. Con Frank de Boer en el banquillo y con Johan Cruyff asesorando desde la distancia, el popular club de Amsterdam domina con cierta suficiencia el campeonato doméstico, pero la máxima competición continental le viene todavía muy grande. El escaso potencial de la Eredivisie le pasa factura en Europa y Frank de Boer tiene la difícil misión de ensamblar un conjunto en el que se mezclan veteranos con jóvenes de la prolífica cantera del club.
La `ventaja¿ del Ajax es que afrontará la competición sin presión e idéntico argumento sirve para el Dinamo de Zagreb, posiblemente llamado a ser la cenicienta del grupo. El conjunto croata no tiene jugadores de relumbrón y su principal poder es actuar como local en un estadio donde la afición apoya sin desmayo. La prueba de la peligrosidad del Dinamo de Zagreb en su campo quedó clara en la eliminatoria previa, en la que le endosó un espectacular 4-1 al Malmoe superando el adverso 2-0 de la ida en terreno sueco. En definitiva, el Real Madrid tiene la pista muy despejada para despegar hacia los octavos de final.
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