Cristiano Ronaldo tiene una de las novias más guapas del planeta. Pero Irina Shayk no parece que sea suficiente para él. El delantero portugués del Real Madrid no le quitó los ojos en la previa del duelo frente a Los Ángeles Galaxy a la rubia que se puede ver en las capturas superiores, esta joven rubia, una periodista norteamericana que provocó más de un momento de lívido disparada entre el luso y algunos de sus compañeros de equipo. Incluso José Mourinho tuvo que llamarles la atención para evitar la indiscreción de las cámaras.
Ocurrió una hora antes de que comenzase el duelo. Cristiano, Marcelo y Coentrao charlaban amistosamente a pie de campo, con ropa de calle cuando apareció ella. La joven (camiseta de tirantes, pantalón vaqueros y zapatos azules de tacón) atrajo pronto la atención de los allí presentes.
Público y redactores venidos desde España empezaron a lanzarles miradas. Las cámaras también, como demuestra la foto publicada por el diario Marca.
No fueron los único.
Tal y como han descubierto las cámaras de Cuatro, la presencia de esta bellísima reportera volvió literalmente locos a los futbolistas blancos. Miradas, gestos de sorpresa y admiración constantes cuchicheos entre los cracks merengues: nada podía quitarles de su vista la nueva atracción en el 'Los Ángeles Memorial'.
"Madre mía", se pudo leer a Cristiano en sus labios al tiempo que la buscaba con la mirada. Coentrao y Marcelo empezaron a desistir de atraer la atención. No ocurrió así con el hombre de los 100 millones de euros.
El novio de Irina la seguía para intentar que en algún momento la chica le lanzase también una mirada. Y así ocurrió. Sonrisa de Cristiano y a otra cosa. El delantero se hacía el remolón en una técnica de ligoteo tan evidente que Mourinho captó el instante.
'The Special One' recriminó la actitud de los suyos y CR7 y el resto dejaron de mirarla...hasta que al grupo se unió el propio técnico. Nuevo comentario jocoso y nuevas miradas a la muchacha se dirigía por la banda hacia la zona de comentaristas. Fue ahí, dando la espalda (u otra parte del cuerpo, según se vea), cuando la obsesión pasó a Marcelo.
El lateral brasileño no pudo apartar la vista del trasero de la chica durante todo el tiempo que esta caminó por el césped. Fue cuando desapareció de escena cuando se acabó su persecución ocular. Esta madrugada en EEUU no sólo brillaron las estrellas merengues.
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