El futuro de los jugadores que integran la lista de descartes elaborada por José Mourinho, técnico madridista, no se presenta halagüeño. El portugués se ha ido de vacaciones sin que el asunto esté resuelto, tal y como era su deseo, y además ha comprobado que el club sigue sin cumplir sus instrucciones. Mourinho ha exigido que la plantilla esté cerrada el próximo 11 de julio, fecha prevista para el arranque la pretemporada, pero de momento no se ha marchado ninguno de los ocho jugadores que tienen el cartel de transferible. Por si acaso, el técnico ya ha avisado a los implicados: si deciden quedarse, no tendrán oportunidades y se entrenarán al margen del grupo.
El tema de los descartes está provocándole más de un dolor de cabeza al nuevo 'mánager general¿ del Madrid. Hasta ahora era Jorge Valdano quien se ocupaba de negociar las salidas, pero la marcha del director general ha dejado un hueco difícil de cubrir por lo que se está viendo. Mourinho asumió personalmente la negociación en los casos de Sergio Canales y Pedro León y dejó en manos del club los restantes (Lass, Gago, Garay, Mateos, Drenthe y Kaká). Los resultados no han sido los esperados, motivo por el que el técnico está que trina. Nadie se da por aludido.
Los jugadores están citados el próximo 11 de julio para iniciar la pretemporada, por lo que ese día Mourinho quiere disponer únicamente de los 24 jugadores con los que cuenta para la temporada. Teniendo en cuenta que en estos momentos la plantilla del Madrid cuenta con 28 miembros y aún quedan por concretar un par o tres de incorporaciones, al portugués le sobran siete u ocho jugadores. Y tal y como ya ocurrió en sus anteriores etapas en el Chelsea o el Inter de Milán, al técnico madridista no le temblará la mano a la hora de marginar a todos los descartados. Ni tendrán oportunidades a lo largo de la temporada, ni siquiera se ejercitarán junto al resto de integrantes del primer equipo madridista. Todos ellos están ya avisados.
Mourinho ha comunicado personalmente a Pedro León y Canales que no cuenta con ellos, pero el problema es que pretende tener la última palabra en su próximo destino, algo que ninguno de los dos jugadores tolera. El portugués no les quiere ver triunfando en otro club español, algo precisamente que no están dispuestos a aceptar. Canales no pone pegas a su cesión, pero exige que sea a un equipo de Primera División, mientras que Mourinho ha intentado cederle a algún equipo de la Bundesliga alemana. Pedro León, por su parte, le ha dejado claro a Mourinho que si no puede escoger su destino, no tiene ningún problema en continuar en el Bernabéu.
El caso más delicado es el de Kaká. Mourinho ha perdido la esperanza de recuperarle y le ha incluido en la lista de descartes, pero el brasileño sigue empeñado en triunfar en el Madrid y, de momento, tampoco ha llegado ningún club dispuesto a pagar los 30 millones que exige el Madrid.
La llegada del joven central francés Varane ha cerrado las puertas a Garay y al canterano Mateos, al que Mourinho prometió que subiría al primer equipo cuando regresara de su cesión al AEK griego. Drenthe y Gago son dos bajas que caen por su propio peso y Lass exige la titularidad para quedarse, algo que Mourinho no le da. Por eso el Madrid le ha tasado en 20 millones. Nadie los ha ofrecido.
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