Venir a la selección nunca es un marrón". Palabras de Joan Capdevila ayer al llegar a la Ciudad del Fútbol. Sin embargo, en el ambiente flota que estos dos partidos con la temporada acabada aparecen como bultos sospechosos. Detrás de ellos hay un motivo deportivo claro y no es otro que hay dos fechas habilitadas por la FIFA y Del Bosque no va a desaprovecharlas.
La otra es claramente económica y tiene nombre y apellidos: algo más de 4 millones de euros. Esa es la cantidad que va a recibir la Real Federación Española de Fútbol por jugar primero en Boston -el sábado a las 22.41 horas de España- y Venezuela el martes a las 22.30-. La selección española se ha convertido, gracias al Mundial ganado en Sudáfrica, en una de las más caras de ver en directo de todo el fútbol mundial.
Los 2 millones de euros por partido que recibe ahora La Roja tienen aún por encima a Brasil. La pentacampeona mundial no se mueve por menos de 3 kilos cada vez que le piden jugar un amistoso. Esa cantidad, de todas formas, no es algo lejano para la selección española.
En las negociaciones que se están llevando a cabo para que España pueda jugar un amistoso en China -no está cerrado que ese duelo sea el 15 de noviembre, tras medirse a Inglaterra el 12 en Wembley- los anfitriones asiáticos han puesto sobre la mesa tres millones de euros para ver a los Xavi, Casillas, Iniesta y compañía en su país.
Ese caché de España, disparado desde el pasado 11 de julio, no supone que las ofertas para jugar lejos de España hayan menguado. Al contrario. Sobre la mesa de Jorge Pérez, secretario general de la Federación, hay ofertas de los cinco continentes. El problema es poder compaginar los intereses deportivos con los económicos.
El calendario de la selección española tras la gira tiene por delante este año cuatro amistosos (Italia e Inglaterra asegurados y Ucrania y China en negociaciones) y tres partidos para cerrar su presencia en la fase final de la Eurocopa 2012: Liechtenstein, República Checa y Escocia.
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